La automedicación es la utilización de medicamentos por iniciativa propia sin ninguna intervención por parte del médico (ni en el diagnóstico de la enfermedad, ni en la prescripción o supervisión del tratamiento).
La automedicación es un hábito común en nuestra sociedad y no está exento de riesgos: utilizamos medicamentos para el dolor de cabeza, para problemas gástricos, para relajarnos, para la tos, para la alergia, etc.
El abuso y uso incorrecto de fármacos en temporadas de frío provoca que los gérmenes se hagan resistentes a los medicamentos agravando la enfermedad y favoreciendo su reincidencia.
Ante un resfriado la recomendación es acudir a su unidad médica, a las 24 horas de iniciar con síntomas de infección respiratoria para ser evaluados por un médico y recibir el tratamiento específico a su cuadro infeccioso, ya que entre 80 y 90% de estos padecimientos son causados por virus y no requieren manejo antibiótico.
Existen una serie de medidas de prevención y cuidado aplicables a toda la población, con especial énfasis en personas vulnerables como niños, ancianos, mujeres embarazadas y enfermos crónicos o con padecimientos que afectan el sistema inmunológico:
- Mantener una hidratación adecuada con abundante líquidos que contengan vitamina C, por ejemplo, naranja, limón, toronja, mandarina y guayaba, esto fortalece nuestro sistema inmunológico y en aquellos que están enfermos mejora su respuesta para una pronta recuperación.
- No tomar antibióticos, ya que tanto el resfriado como la gripe son causados por un virus.
- Vaporizaciones de eucalipto: abre tus vías respiratorias y alivia la irritación de garganta debido a sus propiedades expectorantes.
- Tomar bebidas calientes ya que proporcionan un alivio inmediato del flujo nasal, estornudos y la irritación de la garganta.
La medicación sin la recomendación de un especialista de la salud puede tener diversas repercusiones en nuestro cuerpo, como por ejemplo: la ineficiencia de algunos fármacos, principalmente los antibióticos; una intoxicación; o algunas interacciones entre medicamentos.
Y es que, sin un diagnóstico que indique las posibles causas del problema y un análisis que lo confirme, se podrían utilizar los medicamentos erróneos y acrecentar el problema.
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