Hoy hablamos de un problema que afecta tanto a hombres como a mujeres: la incontinencia urinaria. Existen muchos mitos y creencias con respecto a las pérdidas involuntarias de orina. ¿Por qué se producen? ¿Existen tratamientos? ¿Son eficaces estos tratamientos? Dos de los miembros de nuestro equipo de Urología, los doctores Carlos Müller Arteaga y Manuel de la Rosa Kehrmann, nos responden a las consultas:
La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina. Los doctores Müller y de la Rosa sintetizan tres clases de pérdidas de orina:
- Las pérdidas que ocurren tras los esfuerzos (toser, estornudar, correr) están relacionadas con una incompetencia del esfínter.
- Las pérdidas relacionadas con urgencia miccional, suelen deberse a contracciones involuntarias de la vejiga. Es importante recalcar que pueden estar presentes ambos mecanismos, es decir, perder orina por ambas causas citadas en diferentes momentos del día.
- La incontinencia por rebosamiento, que es un goteo urinario constante que se da en una vejiga sobredistendida con o sin sensación de urgencia urinaria.
“Las pérdidas de orina en hombres relacionadas con los esfuerzos suelen ser consecuencias de cirugías previas, generalmente cirugía por cáncer de próstata.
La adecuada valoración y diagnostico permitirá aplicar la mejor opción de tratamiento”, comenta el doctor Müller.
Además, el doctor de la Rosa añade el concepto de VEJIGA HIPERACTIVA: Se caracteriza por la urgencia urinaria con aumento de frecuencia durante el día y la noche (nocturia). Puede ir con o sin incontinencia urinaria de urgencia. Hay afecciones neurológicas como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple o el accidente cerebrovascular que originan lo que llamamos la vejiga hiperactiva neurogénica.
En cuanto al perfil de paciente que sufre de incontinencia urinaria, el doctor Müller cita los resultados de estudio de prevalencia en España que cifran en un 30-40% en mayores de 60 años y un 22% en personas de 45 años. Se da una mayor prevalencia en mujeres y aumenta con la edad.
Hay un escaso número de consultas porque muchos lo consideran como “normal”. Menos del 50% de los pacientes que lo padecen consultan.
La incontinencia provoca importante deterioro en la calidad de vida: relación con depresión y baja autoestima, cambios en el estilo de vida.
Los factores de riesgo para la incontinencia urinaria de esfuerzo son: embarazo, el parto, la menopausia, estreñimiento, cirugías previas, etc.
Con respecto a los tratamientos, el doctor Müller indica: “Lo primero deben ser las medidas generales, corregir ciertos hábitos alimentarios, evitar el tabaco. El tratamiento conservador debe ser la primera opción: La rehabilitación de la musculatura de suelo pélvico ayuda a muchos pacientes a corregir su problema. De acuerdo a la causa que la produce puede requerir cirugía o tratamiento médico. En los casos que no haya respuesta puede requerir Inyección de Botox o Neuromodulación”.
El doctor de la Rosa añade: “Aquí se debe considerar la cirugía como la sling suburetral, la colposuspensión, suspensión con aguja o la cinta vaginal libre de tensión. Esta cirugía va muy bien en mujeres mayores con importante prolapso pélvico.
El tratamiento de la incontinencia de urgencia es farmacológico utilizando medicamentos con propiedades relajantes de la vejiga y del músculo liso. Existen dos grupos los antimuscarínicos (anticolinérgicos) como la oxibutinina, tolterodina, solifenacina, propiverina y fesoterodina. El otro grupo es el agonista adrenérgico como el mirabregon.
Para prevenir la incontinencia urinaria, ambos doctores coinciden en que “hay una serie de medidas conductuales no farmacológicas ni quirúrgicas que pueden ser muy efectivas como las siguientes: buena ingesta de agua, vaciar la vejiga de forma regular (no aguantar las ganas de orinar), evitar el consumo excesivo de té y café, evitar el tabaquismo, la obesidad y realizar ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico y son los llamados ejercicios de Kegel”.
Como mensajes finales, el doctor Müller invita a “descartar falsas creencias como que no se puede prevenir o tratar; no tiene tratamiento o estos son poco eficaces; es exclusivo de mujeres; es «normal» con la edad.
Las compresas no son la solución, son una medida paliativa.
Como conclusión animo a consultar: Es un problema con soluciones y podemos mejorar la calidad de vida”.
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