El 1 de octubre se celebra el Día Mundial de la Artritis. Se trata de una “enfermedad autoinmune que induce la inflamación crónica de las articulaciones y su progresiva destrucción, provocando síntomas físicos como rigidez articular, dolor y/o fatiga que, en la mayoría de las ocasiones, terminan traduciéndose también en “síntomas” emocionales como frustración, ansiedad o estrés”, según la Fundación Española de Reumatología. Se calcula que en España afecta a unas 200000 personas.
Para conocer un poco más sobre esta enfermedad, hemos querido preguntar al doctor Manuel Rodríguez, reumatólogo de Centro Médico El Carmen.
¿Qué es la artritis?
Proceso patológico que produce inflamación de las articulaciones. Esta inflamación se caracteriza generalmente por dolor e hinchazón articular. También puede haber calor o enrojecimiento en las articulaciones. La inflamación puede variar desde un grado tenue a mucha intensidad y puede ser producida por causas muy diversas.
¿Qué síntomas produce?
Lo más frecuente es dolor articular. Dependiendo de la gravedad produce en grado variable rigidez y limitación de la movilidad, y en algunos casos limitación o incapacidad funcional.
¿Cuál es la tipología de paciente?
Ninguna en especial. Hay diferentes tipos de artritis, y la mayoría pueden desarrollarse en todas las edades, desde la infancia hasta la vejez.
¿Cuál es el tratamiento?
Al haber diferentes enfermedades inflamatorias articulares, se emplean tratamientos específicos para cada una de ellas. El objetivo es conseguir la remisión o reducir su actividad al mínimo. La asociación de otros fármacos de acción menos específica (antiinflamatorios, corticosteroides…) complementa el efecto de los anteriores.
¿Cómo afecta a la calidad de vida del paciente? ¿Cuál es su pronóstico?
Las enfermedades inflamatorias articulares, en especial las más graves, dejadas a su evolución natural disminuyen notablemente la calidad de vida por el dolor y limitación progresiva de la capacidad funcional del paciente que las padece. Además tienen un efecto sistémico que deteriora su salud, afectando en grado diverso a otros órganos (cardiovascular, renal, digestivo…) y en definitiva, pueden acortar las expectativas de vida de los pacientes.
Afortunadamente en la actualidad disponemos de medios terapéuticos eficaces que evitan que lleguemos a esos extremos.
¿Existe alguna recomendación en cuanto a estilo de vida para este tipo de casos?
El paciente artrítico debe ser controlado por un reumatólogo. Su actividad física puede verse limitada si su enfermedad está activa. Si se consigue un control satisfactorio puede realizar una vida normal, en todo caso con alguna limitación como pueden ser ejercicios pesados. Cuando existen secuelas la limitación puede ser mayor.
Debe realizar ejercicio proporcionado a su capacidad funcional y al estadio de su enfermedad.
Se recomienda alimentación sana, evitando el sobrepeso. Exceptuando algunas enfermedades (p.e. la gota), no se reconocen dietas que ayuden al control de la enfermedad.
¿Hay avances en cuanto a investigación o farmacología para mejorar esta enfermedad?
En los últimos 20 años se han producido avances considerables, logrando sintetizar fármacos extraordinariamente eficaces en el control de la mayoría de las enfermedades inflamatorias articulares, por lo que podemos augurar un futuro prometedor.
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